Kylian Mbappé y la maldición de ganar un Mundial: Una de las cosas más dañinas que pueden ocurrir en la carrera de un futbolista es ganar un Mundial. Una vez que se ha subido a la cima más alta de este deporte, ¿qué otra meta se puede alcanzar? La mayoría de los jugadores que conformaron la selección francesa que se alzó con el campeonato en 1998 tuvieron campañas para el olvido con sus clubes en 1998/99. Su capitán Didier Deschamps (ahora seleccionador galo) admitió después sentirse con “apatía física y moral” luego de haber levantado el trofeo. En la Copa del Mundo siguiente, los franceses fueron eliminados en la primera ronda, mismo destino sufrido por cuatro de las últimas cinco selecciones nacionales que han ganado el trofeo.
Llegar al campeonato siendo joven probablemente es peor. En 2002, Ronaldinho, entonces con 22 años y fungiendo como delantero del París Saint-Germain, fue campeón del Mundo con Brasil. Durante un breve tiempo posterior al torneo floreció hasta convertirse en el mejor futbolista del mundo. Sin embargo, cuatro años después, estaba inmerso en una espiral descendente sin fin.
Por ello, es natural sentir preocupación en estos momentos por otro joven delantero del PSG, Kylian Mbappé. El campeón del Mundo a sus 19 años ha visto cómo su carrera ha quedado patas arriba. Ganar el Mundial y anotar en la final fue “un sueño absoluto”, según el propio Mbappé ha expresado. Podría parecer difícil pasar de algo así a un encuentro como visitante en un pequeño pueblo francés, o incluso en Anfield, donde el PSG cayó 3-2 ante el Liverpool en la primera fecha de la fase de grupos de la Champions League. Mbappé tuvo desempeño moderado en Inglaterra, marcando un gol, pero también perdiendo la posesión para así dar paso al tanto de Roberto Firmino al último minuto que selló la victoria. A pesar de ello, pocas semanas después de lo vivido en el Luzhniki, el francés ya parece estar bien equipado a fin de evitar a largo plazo caer víctima de la maldición post-Mundial.
Apenas estamos conociendo a Mbappé y el documental transmitido por el canal de televisión francés TF1 en el cual se mostraron las vivencias de la selección francesa en la Copa del Mundo ha servido de ayuda a tal fin. La cinta lo muestra como un disciplinado y popular miembro del equipo cuyos compañeros disfrutan bromeando con él por su edad. En una escena, filmada tras la afortunada victoria 2-1 de Francia en su encuentro inicial contra Australia, un Deschamps furioso (“¡No quiero que nadie se ría!”), carga contra sus jugadores por la carencia de intensidad en sus avances. Después, mira a Mbappé y dice: “Kylian es quien menos hizo: 3%”. (En otras palabras, solo el 3% de lo corrido por Mbappé en el partido fue de alta intensidad).
Esta parte del documental muestra cómo las estadísticas dominan la charla en los vestuarios modernos. Aunque lo que podemos ver después nos abre una ventana al mundo de Mbappé. Allí está, un adolescente, decepcionado por su primer partido en un Mundial y que ha quedado avergonzado frente a sus compañeros. A pesar de ello, habla a la cámara, con su característica calma y expresividad: “Hizo lo que hace un entrenador cuando su equipo no hace lo que él pide y espera”.
Mbappé pudo absorber con aplomo la descarga de Deschamps porque él ha vivido como profesional de alto rendimiento desde que tenía 14 años. Su padre, técnico de fútbol juvenil de su club local amateur en el suburbio parisino de Bondy, le crió con la idea de que el próximo partido era lo importante. Por ello, estaba mejor preparado que muchos para convertirse en campeón mundial a los 19 años. Al ganar el Mundial, Mbappé dijo que la noche de la final fue “algo bueno” pero que apenas era una etapa más en su carrera. Expresó a TF1 que su vida ya tiene una forma distinta al del resto de la gente: debido a su ascenso tan veloz, alcanza un nuevo nivel cada seis meses. “Ganar un Mundial representa apenas otro nivel alcanzado”, indicó.
Prosiguió: “Jugar al fútbol a alto nivel no se trata de satisfacerse a sí mismo con lo que se tiene. Hay que ganar, ganar y ganar. La gente olvidará que eres campeón del Mundo. Eres Kylian Mbappé del PSG y necesitas demostrar que te has ganado el puesto que tienes en el equipo. Cada año, empezamos de cero nuevamente, como si no hubieses conseguido nada antes”.